Llega la Navidad, las fiestas de Fin de Año, y nos disponemos a celebrarlas juntándonos familia y amigos, en un ritual que año tras año supone hacer planes, buscar los mejores productos para preparar platos tradicionales o quizás más innovadores, pero con el propósito de sorprender, recordar y disfrutar de la comida.
Es el momento de pasar por el Mercado, de ver productos, comparar precios, hacer encargos, de rememorar años anteriores, de tener encuentros con amistades… Todo en un momento, como si nuestro pensamiento viviera el mismo barullo de los pasillos entre puestos del Mercado dispuesto a colaborar en la búsqueda de la felicidad de las personas que lo visitan.
Hay gente que sólo acude al Mercado en estas fechas o en ocasiones similares, atraído por la calidad y la variedad de los productos más típicos, pero también, quizás sin darse cuenta o sin querer reconocerlo, buscando de nuevo la experiencia de poder comparar, de elegir de verdad entre los diferentes puestos, de recibir un buen consejo, de pedir una preparación determinada que sólo allí lo hacen porque lo han hecho siempre y saben complacerte.
También porque a pesar de ir poco el comerciante aún te recuerda, te pregunta, es amable y enseguida atiende tu pedido siguiendo tus deseos y tus indicaciones porque sabe la importancia que tiene para ti lograr presentar a la mesa un plato realmente sabroso.
Todo este conjunto de aspectos que conforman el acto de la compra en días señalados están siempre presentes, a diario, en todos los Mercados, con propuestas que merecen la pena desde todos los puntos de vista que se mire.
Claro que ir a comprar al Mercado requiere tiempo y exige un cierto esfuerzo porque tiene sus limitaciones y habrá que cocinar los alimentos, pero comer sano bien merece la pena y siempre sale a cuenta compran donde existe competencia. Además, comprar en el Mercado supone colaborar para mantener un Servicio Público que aporta a la ciudad muchos valores.
El sentimiento de encuentro y de fiesta que estos días vivimos comprando en el Mercado podemos prolongarlo comprando con frecuencia, dándonos la oportunidad de disfrutar de pequeños detalles y contribuyendo a mejorar nuestro entorno reduciendo residuos, contaminando menos, apoyando la economía local que nos mantiene y conservando una cultura, una manera de entender la vida sostenible.
Sergio González Reyes
Co-Fundador y CEO de la Plataforma Dreaming Markets
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