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El valor de la diversidad

Actualizado: 8 sept 2020



Uno de los valores relevantes de los Mercados para los consumidores es la gran diversidad de productos y de empresas que prestan el Servicio, es lo que los hace atractivos, poder descubrir, comparar, advertir que los matices son importantes; cuando la competencia es intensa los detalles marcan la diferencia.


Siempre hablamos de los productos y de todas sus propiedades y cualidades, y hablamos de las personas, de los comerciantes como profesionales y de sus capacidades para atender las demandas de los consumidores. El conjunto que integra el Mercado resulta valioso y en todos los lugares es una buena muestra de la cultura del barrio, de la ciudad, del país.


Esta diversidad derivada de cada una de las empresas que prestan el Servicio de Mercado se viene contraponiendo en las últimas décadas a la homogeneidad impulsada para que el Mercado disponga de una entidad propia, de una imagen única, como formato comercial que facilite competir como “marca” con otros formatos comerciales.


En este proceso parece que la imagen individual de los comercios ha cedido protagonismo frente a la imagen común y más en aquellos Mercados que han abordado proyectos de remodelación en los que, en muchos casos, se ha manifestado una tendencia a utilizar colores y tipografías comunes, aspectos relacionados con la imagen y por lo tanto dependiente de las tendencias y de los gustos de cada momento. Es algo que puede apreciarse en detalles de los propios edificios, en los puestos de venta, en los rótulos comerciales, en las bolsas, en los soportes de comunicación.


La convivencia de los valores individuales y de los colectivos no resulta fácil y menos en un modelo en el que la competencia tanto interna como externa adquieren una importancia relevante a la hora de mantener la competitividad de los negocios. Sin embargo, la singularidad de los Mercados parte precisamente de la diversidad que integran, de lo mismo, pero diferente; de lo parecido, pero no exactamente igual; tanto que los consumidores hablan de “mi” carnicero, de “mi” pescadero, apropiándose conceptualmente del Mercado y diferenciando y eligiendo gracias precisamente a los detalles.


Esas “particularidades” de cada tienda han de conservarse, aunque hayan de adaptarse, modernizarse y convivir con una imagen común, porque “suman” detalles que también forman parte de la cultura comercial del Mercado y de la ciudad; además incrementarán la diversidad de imagen, algo que resultará más atractivo comercialmente para los visitantes y para los clientes.

 

Sergio González Reyes

Co-Fundador y CEO de la Plataforma Dreaming Markets

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